Planeta tierra, Chile diciembre del 2010
Una serie de hechos desafortunados marco la pauta de este año que ya nos deja. Como decían por ahí, se vio lo mejor y lo peor de cada uno, nos vimos tal cual somos. Muchas veces nos preguntamos el por que pasan las cosas, culpamos al vecino, al alcalde, a los gobiernos y hasta reclamamos justicia o injusticia divina.
Pero como ya sabemos Dios nos dejo en este mundo con un libre albedrío el que hace, por lo tanto, que las cosas pasen por simple intervención de la naturaleza o por que nosotros mismos hacemos o dejamos de hacer algo.
Ha sido un año de catástrofes, de rescates, de atentados y muertes. También, por lo mismo, los hechos nos han llevado a evolucionar y madurar muchas veces de golpe y sin tiempo siquiera para respirar. Hemos visto como pueblos se destrozan, como la naturaleza y la omisión voluntaria juega con la vida, como también ciertas personas juegan con el resto por simple conveniencia de ellos o de sus seguidores.
Muchas cosas han pasado, y seguirán pasando y muchas de ellas no podremos evitarlas, Quiza pronto llegaran mas males que afectaran a muchos, pocos o todos, pero al igual que lo hicimos este año deberemos ponernos de pie nuevamente y ayudar al de al lado.
En estas fechas de compras frenéticas, abultado comercio y estrés al máximo me doy cuenta que ese tipo de "espíritu navideño" no va conmigo. En esta Navidad quiero darles un regalo a todos y cada uno sin excepción, quiero regalar Vida y Amor. No esa vida que crees demostrar sacando a pasear por una vez al año a tu hijo y no ese amor que se demuestra comprando el regalo mas costoso. Si no que la Vida que Dios nos ha dado a cada uno, la misma que nos ha permitido algo tan bello y milagroso como existir. Esa Vida que llevas en tu vientre mujer o esa Vida que tienes en tus brazos hombre. Esa vida de los que aun tienen vivos a sus padres y abuelos, sanos a su esposa marido e hijos. Esa vida que tu tienes por el simple hecho de haber nacido.
Y ese amor, ese amor de amigos, de familia de pareja o de amor al progimo, ese mismo amor que sientes cuando besas las manos de tu madre, cuando sientes la caricia sincera del amor de tu vida o cuando miras los ojos de ese bebe que acaba de llegar al mundo.
La Navidad es de los niños y niñas del planeta, ellos son los que mas derecho tienen a disfrutar la ilusión de la Navidad pero date cuenta que mientras estas por la calle como ganado adquiriendo productos hay miles de niños en el mundo que ni siquiera tienen un par de zapatos, o una prenda para vestirse ni menos un plato de comida. Ayudalos. Que hay ancianos prácticamente abandonados en los asilos o peor aun en la calle. Comparte con ellos. Que también existen personas que, en ese momento que compartes tu rica cena con tu familia, están solas en el mundo.
Mira a tu alrededor, ¿que ves? Ahora eleva esa mirada y actitud y mira mas allá. Somos un solo pueblo, son humanos con las mismas fortalezas y debilidades, son todos igual de frágiles, pero tienen la capacidad de cambiar la vida de otras personas con un simple gesto.
Se generoso en tu vida, eso afectara a tu entorno, pero sobre todo a ti. No cierres tu mundo abre tus ojos y así tu mente también lograra evolucionar y si cada uno de nosotros lo hace, lograremos encontrar esa paz y armonía que tanto necesitamos. Regalemos vida y amor y seamos generosos, no solo en Navidad sino que cada día.